martes, marzo 24

Quiero sentarme junto a vos y que vos te sientes junto a mi.
Necesito que necesites hablarme de todo lo que alguna vez callaste, y de lo que no también. 
Me gustaría escuchar todo aquello que te hace feliz, lo que te hace infeliz, lo que te gustaría, lo que no te gustaría, todo lo que asome por tu cabeza me gustaría escucharlo sin importar si comenzas un martes y terminas un sábado a las tres de la madrugada de la semana entrante. 
Y si estás mal no voy a decirte que ya vendrán tiempos mejores.
Y si estás bien no voy a decirte que me alegro y lo mereces. 
A decir verdad no estoy segura si sabría que decir, pero no importa, quiero ser quien te oiga hasta el más absurdo detalle de todas tus absurdas anécdotas. 
Tampoco sé quien sos y dudo que vos sepas quien soy yo, pero se que existís, sé que estás ahí preguntándote porque seguís acá...
Y tal vez yo no tenga esa respuesta (no, definitivamente no la tengo) pero quiero estar ahí, con vos, para aliviarte aunque probablemente eso no suceda.
Quiero que sientas que hubo alguien que te escuchó.
Necesito.

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